AMAR LA MAR

AMAR EL MAR  





ESTOY EN ACAPULCO, ACABO DE SALIR DEL MARAVILLOSO MAR DE CALETA. AMAR EL MAR, FLOTAR SOBRE EL VERDE Y NADA PROFUNDO golfito de CALETILLA TRAS NADAR IDA Y VUELTA DE ROCAS A ROCAS. CONTEMPLAR EL PRÍSTINO CIELO AZUL SIN NUBES.







ACASO UNA BORLA BLANCA LEJANA, Y LLENARME DE SOL, SALUD, OPTIMISMO Y ALEGRÍA, LUEGO TIRARME SOBRE LA ARENA FINA Y DEJAR QUE LAS OLAS VENGAN UNA TRAS OTRA A BAÑAR MI BRONCEADO CUERPO MIENTRAS NIÑAS DE ESPLÉNDIDA BELLEZA PASAN GENTILMENTE SOBRE MÍ.

SALUD, PUES, CON ENTUSIASMO, OPTIMISMO Y ALEGRÍA A A TODOS. Y ESPÉRAME EN MEDIZ BOLIO, VIDA MÍA EL PRIMER DÍA DEL AÑO PROCLAMAREMOS SALUD, Y PROSPERIDAD.

¡CUÁNTAS VUELTAS MÁGICAS DARÁ MI VIDA! ME IRÉ DEL CAMPUS PERO NO DEL ESPÍRITU DE UNA CASA QUE HA ESTADO ABIERTA A TODO MENOS A LA LEGALIDAD Y YO ME ENCARGARÉ DE HACERLO VER A TODO EL MUNDO PERO, PRINCIPALMENTE A QUIENES TIENEN LA OBLIGACIÓN DE CAMBIAR EL DERROTERO DE LA INSTITUCIÓN QUE NACIÓ DIZQUE PARA TRANSFORMAR EL OBJETO DE TRANSFORMACIÓN (SIC)
Estos cuerpos de jóvenes, mutilados, algunos decapitados, los encontramos a la salida del hotel. Tales son los "objetos" que este gobierno está transformando: han  dejado--dicen campantgemente.-- la droga, la patria, la familia y la vuida y Felipillo los ha enviado al      averno, haciéndoles un favor.Y así la UAM cierra sus puertas parfa estos muchachos que pudieron ingresar a sus aulasn  para que el magister magistri les iluminara el camino y  se realizara el verdadero  cambio, la transformación auténtica. Pues, como dijo, Reyes Luján,  en toda la Universidad no hay hombre más auténtico que Lívingston.

Y la verdad monda y lironda es que el otro  Felipón del Carmen, Bohalil,  no transforma más que modos de corruptela que tendremos que encarar para extirparla!! Allí durmieron  sueños felices mis proyectos editoriales  y jamás vieron  la luz... Pero el punto es me voy pero no me voy. Y que en las primeras semanas de enero tendrá el DIRECTOR DE LA DIVISIÓN un pequeñísimo homenaje para quien desde el Curso para Cursillistas cursis y el Curso de Oposición a los Concursos de Oposición,  ha señalado reiteradamente los vicios en que cayó nuestra muy amada alma mater, a partir  de su demagógico y échalevirria natalicio,  vicios tales, de los que el mismo ALSINA ha sufrido los embates. Pero vuerlvo, mejor, a las olas:    Suenan caracolas,
                                 flautas de coral,
                                   Tocan los tambores,
                                       pulpo y calamar
<estoy saboreando un inigualable colcktail a la campechana>...
                                          Baila que te baila
                                              en suave compás,
                                                 hay una estrellita
                                                    que brillaabajo  en la mar.
                                                        Mueve su anchas caderas
                                                            de aquÍ para allá
                                                                y a todos convida
                                                                   con ella a bailar
                                 Se fugó del cielo
                                    en noche de San Juan y está feliz
                                      hablándome al oído milagros
      de miles de leyendas
      que quedaron entre sus verdiblancas aguas.





      Me salpicas
      con espumas inundadas de misterios
      de otros tiempos y distancias,
      con lamentos de promesas
      que perdieron sus palabras
      en tus bajamares intensos...
 
      Y yo me acerco y surco por debajo de las olas,
{---¡Hola pececillos y estrellitas de mar yo
      sabiéndome tan pequeño,
      tan desconsoladamente insignificante,
      tan solo entre  gentes cotidianas e indiferentes,
      que me apabullan aún mucho más que  tus mareas,
       olas, corrientes y  resacas.
 
      A veces me respondes...
----¡Hola, métete en mis olas a solas y apacigua tu furor!

      Pero casi siempre callas y resbalas
      en las arenas de  Caletilla en un vaivén que viene y va 
      mientras Lívingston y Elvis  esperan impacientes tus respuestas.

 ¿IMPOSIBLES DE TODA IMPOSIBILIDAD!

   

      Me acaricias
      con tu cuerpo revoltoso
      cubriéndome de algas
      o de pececillos traviesos
      que resbalan entre mis piernas
      como tu espuma blanca de mi pene que te penetra,
      como el canto melifluo, sicallíptico y sincopado
      de tus risas y quejumbres con que de repente me alumbras.
 
      Me sumerjo en ti casi en la penumbra
     para adorar a mi eterna Virgen de Guadalupe
      y me mandas tu mensaje
      de caracolas lejanas,
      o me golpeas duramente.

      A veces me arrastras,
      me llamas desde tus corrientes
      escondidas y falaces
      susurrándome con tus vaivenes
      promesas de sirenas y jardines
      mar adentro...
      Y a veces estoy a punto de creerte.

     Cuando el sol
      acaricia el horizonte de tu cuerpo
      y la brisa se esconde
      a dormir en la penumbra de las dunas,
      poco antes de que lo oscuro
      te acune y te proteja,
      en el mágico intervalo de minutos
      en que el día se viste
      con el negro hondo de la noche,
      entonces, mi mar, entonces,
      me sobran las palabras
      y me hago de espuma y de salitre...

      Entonces,
      tus murmullos monocordes y constantes
      son todo lo que quiero y lo que mamo:
      y sé que soy,
      y sé que siento,
      y sé que vivo
      en un maridaje secreto y relajado
      con historias de marinos y de peces
      que juntan magia en tus orillas.

     
          
      Atardece entre cuerpos magníficos
      que recogerán toda la noche y mamarán 
      leche de vergas y mástiles piratas
      de coco tropical
      ... 
      Pero a mí, en esta hora del crepúsculo,
      la playa me agota, me da sueño,
      me da envidia: sufro porque no  tendré tu dorado cuerpo
    sudoroso y  maltratado por ese  cabrón  de hambres pendientes y de esperanzas      compradas y vendidas.

      Ahora la playa
      es un cementerio de sueños e ilusiones.
      Ahora la playa
      es un refugio de  olvidos.
      Ahora la playa
      ya no es un lugar para el ingenuo turista...
     Llegó  la hora para que se duerma el viejo.
Me lleva de la mano y con caricias
mi Tom Sawyer, mi Benjamin, mi padre renacido y bendecido.
   
     Pero cuando amanece
      en la playa larga y solitaria,
      cuando el sol comienza a acariciar
      las dunas y las olas,
      cuando las gaviotas y los peces
      saludan jubilosos el despertar de la mañana,
      entonces el mar,  me habla de emociones contenidas
      mientras mis pasos presurosos
      interrumpen el cristal claro de las aguas
      en las orillas de la playa.

      Entonces me hago de sueños
      y dejo acunar los sentimientos dormidos
      en cada paso, en cada huella
      de aguas y de arenas. Entonces
      mi canto es un canto de peces y gaviotas,
      de barcos que faenan a lo lejos,
      de bancos de sardinas o jureles
      que buscan su amor desesperado.

      Y mis pasos, que el agua borra
      pero que guarda la arena dorada,
      son versos de esperanza
      que voy lanzando a los vientos,
      al agua, a las olas, a las gaviotas...
      a todo lo que añoro y lo que amo.
Son poemares inspirados por una brisa meliflua.
 En cambio,
 de salitre
      son los amores perdidos
      tierra adentro
      cuando el olor de las olas
      se va diluyendo
      y se entremezcla con las jarras de cafédeolla
      y las calles pedregosas y pendientes.

      De salitre
      nuestras vidas calladas
      que se pegan como el salitre
      en los trasfondos del alma.



  

     Ondulas y escarceas
      tu cuerpo inmenso y soberano,
      tu cuerpo trasparente
      y sin embargo impenetrable...

      Me meces y me agredes
      con todo el enigma de tus aguas
      distintas y distantes
      y sin embargo tan cercanas
      que me llaman por mi nombre:
      “Baja, sumérgete en el cristal
      de mi cuerpo cambiante,
      ven a ver mis delfines
      y mis tiernos hipocampos,
      baila con mis pulpos y mis estrellas,
      abraza el profundo silencio
      de mis simas y mis rocas”.
 
      Y desde este alta mar
      que besa tu cuerpo hoy calmo
      yo dudo de continuo
      entre la tierra que me atrapa,
      el aire que me lleva,
      y el agua que me llama.

      Te digo: “espérame,
      dile a tus peces y a tus algas,
      a tus misterios insondables,
      a tus enigmas manifiestos,
      que estoy preparando mi camino
      para el último buceo”.

      Y una brisa suave y vaporosa
      acaricia tenue mis mejillas...

 
 Es la canción que pintaron en pendones
a lo largo de tu paseo de Caletilla a Caleta,
por la ribera que se asoma al mar inmenso, infinito
de ese cantor del pueblo, autor de la Acapulqueña. la Sanmarqueña
y tantas inolvidables canciones que escucho embelesado en el "Nachos"
entre  aplausos de aprobación y murmullos de enamorados.

 Las canciones de José  Agustín,  el Grande, no el de la nueva olita...


 
      El mar se rizó a contrapelo
      y se hizo fresco y trasparente
      como una piscina de fondos arenosos
      que deja al descubierto
      tus secretos y tus íntimos cuchicehos, escarceos y cachundeos. 
      Bandadas de pececillos
      zigzaguean al unísono
      entre tus entrañas trasparentes
      y el sol comienza a mandar sus rayos
      a través de tus rizados espejos
      que amortiguan sus calores.
 
      Es el viento de poniente:
      una voz suave y de puntillas
      que recuerda secretos y promesas
      de caracolas perdidas
      en algún lugar de la alborada.


   

     Escúchame mar:
      ahora me voy. Me voy
      pero no te dejo
      porque es imposible dejar el corazón
      y llevarse tan solo el cuerpo...
      Me voy hacia tierra adentro
      pero llevo pegado a los costados
      todo tu mundo abierto de promesas
      que has dejado colgadas
      de mi alma mensajera.
 
      Y llevo tus olas y la furia
      de tus vientos repentinos y  violentos,
      y la sangre caliente de tus gentiles muchachas sonrientes.

      Y llevo tu magia y tus misterios,
      tus colores y el ronroneo incesante
      de la música de tu cuerpo
      cuando choca con el aire
      o cuando las olas procelosas besan las arenas soñadoras
      de las playas campechanas, coronadas de palmeras.
      Y llevo, sobre todo y más que nada,
      tus promesas que sé que se harán realidad más pronto
     de lo que esperan mis acérrimos y fraternales enemigos.
      Ni hablar también me traje todos tus insondable silencios...

      Te llevo, mar, a mi dulce y miesteriosa amada
  quien te envía sus dulces recuerdos de malagueña salerosa
  de labios gruesos y sensuales y ojos grandes,  debajo de lindas y hechiceras cejas
  y candorosa boca rosa tan fragante  como el negro crespón sobre el carmín de su salobre cosa;
      te traje hasta Cuernavaca hacia donde la tierra
      huele y sabe a la tierra tierna amante  prometida,
      donde el viento choca con las rocas
      y el agua no tiene salitre
      ni delfines, ni algas, ni cangrejos, pero tiene  rosas, cosas, casas,nalgas, uno que otro egregio saltapatrás y jardines tal cual el ya descrito ...  ¿quieres que te lo cuente otra vez?

      Pero te llevo hasta siempre, porque volveré en mis cenizas que se desparramarán en frente de la Isla en que nací, Ciudad del Carmen, Campeche, para que en esa Bahía de Términos, en esa Isla de Tris, llegue al fin mi fin y mi carne, huesos y mi espíritu se conviertan en tus arenas sempiternas y, hasta entonces,  se haga la verdadera transformación
a la que nunca llegarán los relamidos uameros zalameros... 

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