Nueva Cuenta...CERO Y VAN TRES CLÍNICAS DEL ISSSTE ¡MALAS!



La Dra. María de los Ángeles Flores--que ni da ni recibe flowers, ni tiene que ver con ángeles luciferinos-- es la directora de la clínica familiar del ISSSTE de Cuenavaca. Tiene el síndrome de haberse subido--pequeña como es--en un ladrillito y desde esa altura que a ella marea, se niega a reibir al paciente que le solicita una entrevista.


De qué? Pues hizo una cita telefónica. No aparece ni su ficha, ni en la bitácora. Tampoco el expediente. Se le hizo una entrada a las ocho de la mañana en un consultorio que le dicen que está canceladlo. ¿Por qué? ¨Pudes el médico Armando Campos Toledo está tramitando su retiro. A este servidor público lo acusé de déspota, descortés y mentiroso. Maltrata a los ancianos, siendo ya tan adulto mayor que se jubila. Y todo el mundo en esta aglomerada clínica está insatisfecho, asustado y muy molesto. Las enfermeras no son majaderas: son insoportablemente

Bastas, ordinarias y sin educación. Descortese, no observan decoro ni urbanidad. Estas viejas servidoras públicas debieran ser retiradas porque se mofan, malñdicen, maltratan a los pacientes. Están concatenadas con sus jefas y en este matriarcado sólo los jóvenes recién salidos de la escuela de medicina son mimados porque se convierten en sus sirvientes y esbirros.El personal del ISSSTE en Morelos da pavor. Inspira terror. Y, ¡bueno!, tendré que decirle que el problema del paciente de marras consistió en que la cita era para las ocho de la noche y la telefonista central había dado una visita médica para la mañana ignorando que en el consultorio previsto el señor Toledo Armando Campos ya se va (¡gracias a Dios!) y, por lo pronto, allí no hay consultas por lo que tratándose de un tipejo de la tercera edad pues que se quede doce horas hasta que llegue su turno vespertino.Lo increíble es que no se puede considerar que los horarios se rijan por un siostema de 24 y así no habría equívocos de que si se trata de turno matutino o vespertino.Empero, tras el garrafal error, lo pretende componer la absurda administración enviando al viejo a un consultorio libre, donde el dizque gfaleno mal encarado, pedante, con suficiencia supina y--¡por supuesto!-- tan engreído que nose puede decir que sea una persona que trata con dureza a sus subordinados y abusa de su poder o autoridad. porque no tiene ninguna: ni autoridad, ni subordinados ni poder pues ni siquiera puede recetar ni ordenar análisis clínicos ni revisi+ón por un especialista. Dice este hombre de apellido Blanco--pero de color negra.., la indumentaria-- que es médico familiar. Imagínese: es tanto como un ignorante metido a asesor de todo: de infantes, adultos mayores, mujeres, partos, endocrinología, ginecología, problemas de la dolescencia, etc. Un enciclopedista que no sabe ni la o por lo redono:

--Doctor, soy semiótico...

--Y eso, ¿con qué se come?

¿Lo pregunta un idiótico?

Afuera le espera la indignada enfermera que a posteriori de la consulta va a cumplir con el requisito de los signos vitales...

La Dra. ïndira Eréndira Peña Barrera, de Preston la Habana, Cuba, ahora reside en Miami. Tuve el privilegio de sacarla de mi tierra..
---Siéntese allí, ¡Quítese la camisa!... Se necesita paciencia para lidiar con gente tan latosa como usted... Súbase a la balanza. Su presión es alta y no me pregunte por los rangos. Su peso es excesivo. Su altura ya la tengo: 1.76...

--No. Debo haber encogido. Dígame como muevo el indicador para que le de la nueva cifra: ¡Es metro setenta y un centímetros...

--- Va para enano que vuela!...

Sale usted de estampida. Ah, pero hay cola para las medicinas. Veinte gentes antes que su luigar. Por la otra ventanilla se forma otra línea de vivales que recién llegan y se forman para ser atendidos de inmediato. La gente protesta pero nadie los mete en cintura y los servidores públicos de la farmacia ni dicen esta boca es mía ni hacen nada...

Con tres cajitas de medicina sale usted de ese pésimo servicio de una clínica de la que la Dra. Índira Eréndira Peña, cubana, dijo:


--¡Ni loca que me quedo aquí, chico! No hay elementos; no hay aparatos; no hay orden ni concierto, ni hay voluntad para atender a la gente. Aquí están todos esquizofrénicos, son intratables y es una bola de gente infeliz que esparce su descontento sobre los pobres enfermitos como si fueran escupitazos!...

Índira está en Miami y ya tiene su clínica gerentológica allá.

Nos envía saludos tiernos y besos alegres!!!




NO SON SERVIDORAS SINO TIRANAS PÚBLICAS DE LA MEDICINA

Sucede en XOCHITEPEC, TEMIXCO, Cuernavaca Y en Zapata, por no decir:en todo MORELOS



En Xochi, a espaldas de la escuela donde asiste mi pequeño está la clínica familiar del ISSSTE, no hace mucho fundada. La atiende un médico que nos atendió al principio, para un caso de urgencia, con relativa asistencia de índole humanitaria. Ahora no. Afirma:

--Así me traiga una orden presidencial no atiendo a su hijo porque debe ir hasta Cuernavaca.



Quizás seas los procedimientos corrientes y tengan que ver con asuntos administrativos de la índole de expedientes, historial y otros delicados asuntos. Pero, el derechohabiente se pregunta si no hay forma de que lo atienda su seguro en caso de que en la escuela sufra un accidente o súbitamente le ataque alguna dolencia. La clínica está a la vuelta de la esquina, el paciente tiene su carnet y su derecho y, si en esas circunstancias, tiene que dirigirse a un hospital en el municipio de Zapata o sacar una ficha de admisión para otro día en la clínica a la que está adscrito, pues se deja de prestar un servicio vital y se abandona a un pacientito que sufre la indiferencia del galeno.




Creo que deben de flexibilizarse esas fórmulas burocráticas y que las clínicas periféricas a Cuernavaca deben de hacerse cargo de tales emergencias pues no vivimos en una localidad donde todo se lleve a cabo, Se trabaja en un municipio cercano, se acude a centros comerciales en otra ciudad, se vive, en muchas ocasiones, en otra aldea, donde no hay servicio médico alguno y, por ende, asumir que a fortiori se tiene que acudir a la clínica donde se produjo el registro inicial resulta a veces mortalmente oneroso y, de parte de la institución, una actitud cruel, indolente y nada humanitaria.



Así es que hablarle de estas consideraciones al responsable de Xochitepec resultan zarandajas e inútiles argumentaciones porque se atiene al librito de los procedimientos internos y al paciente pues que se lo lleve la china meca...!! El no más atiende a los que les toca y saca su auto del jardín que rodea la pequeña instalación y se retira a su casa tan campantemente.





Otra médica de una dizque clínica "periférica", en Temixco, tiene letreros puestos en las dos únicas paredes de la diminuta sala de espera. Los anuncios son amenazantes, conminatorios y anonadan. Sus temas son de todo jaez: que sólo hasta las 8 se reciben carnets para citas; que deben permanecer en silencio pacientes y acompañantes, etc.

Usted se siente incómodo, ajeno, de ninguna manera bienvenido. Es una especie de intruso en la clínica que nada tiene de familiar. Quienes allí atienden no son cordiales ni desean prestarle ayuda alguna. Son despóticos, malencarados y groseros.

La encargada de esta clínica de Temixco opera como anónima porque no lleva gafete ni aparece su nombre en parte alguna.


Llevó la institutriz de mi hijo al pequeño con síntomas de una enfermedad que pudiera ser mortal: dengue.

El niño había sufrido una fractura en su bracito derecho y se sentía deprimido, triste, infeliz porque noo podía jugar, porque tenía fiebre, porque ¡¡ESTUVO ESPERANDO TRES HORAS SER ATENDIDO EN LA CLÍNICA!!

La señora médica nunca salió de su cubil tan pequeño que difícilmente puede llamársele consultorio. Allí se mantuvo encerrada con la enfermera.

Sólo tras fuertes golpes en la puerta abrió de mala gana la enfermera y detrás se vió el rostro congestionado por la ira de la médica.

¿Qué, no vió el letrero que dice que no puede tocar la puerta? Estou en consulta.

--Pero, cómo si nadie ha psado en tres horas!!, replicó la señora que llevaba al pequeño paciente.

--Por si usted no ha leído las otras advertencias, no recibiré a usted porque no se presentó antes de las ocho de la mañana con su carnet.

-- Pero se trata de una emergencia, el niño se siente muy mal.

--Pues entonces, en lugar de darse de sentones aquí, llévelo al hospital de urgencias

Así, con un talante cortante y con absoluta indiferencia a la salud del menor de edad, la m,édica lo despachó con cajas destempladas.

Su jefa, la Dra. Ortega de la Clínica Humboldt del ISSSTE, en Cuernavaca, dice que se apellida Porcayo. Ella ha de saber porque es su jefa, como Directora del nosocomio familiar de la capital de Morelos.

Pero, al preguntarle su nombre, ella me gritó estridentemente que se llamaba Alma ¡y punto! Llega, pues, hasta ocultar su nombre y usurpar el de su enfermera.

Mi queja le importó un comino y si mal no recuerdo, hace algunos años denuncié al entonces Director del Hospital Calero, Dr. Jorge Aguirre Lazcano el hechpo insólito que tanto la médica a cartgo de la clínica Temixco como la enfermera, se pasaron horas enteras fumando en el pequeño local mientras atendían a mi familia.

Aguirre las sancionó y las expulsó de la clínica donde ajora, nuevamente, al parecer se dedican a maltratar a cuanto paciente tien la desgracia de llegar ante estas inhumanas servidoras públicas.


Dr. Lívingston Denegre Vaught con su pequeño hijo Tom y su nieta Athenea.


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